Desde hace tiempo esperaba que se estrenara en México la cinta Vacancy (2007), la cual -al igual que otros ingeniosos bautizos de los distribuidores- recibió el nombre de Hotel sin Salida. Nuevamente, estamos ante una historia convencional cuyo punto de partida es una "wrong- turn" de unos viajeros gringos, que no tienen más remedio que pasar la noche en un motel (bastante pinche), ya que su coche está averiado.
Los protagonistas son el matrimonio Fox, conformado por David (Luke Wilson, irreconocible histriónicamnete hablando) y Amy (Kate Beckinsale, bella inglesa agringada), el cual atraviesa por una crisis de separación -no muy clara al principio- que los mantiene al borde de la neurosis. No obstante, habrán de cooperar -y olvidar sus confictos- para escabullirse de los "snuff-fimmakers" del hotel que los acosarán sin descanso. Casi todo en la historia es un gran lugar común, aunque hay que decir que, cuando parece venirse abajo -caso de Camino hacia el Terror (2003) y similares-, la trama es consistente; y, gracias al manejo formal y verosímil (cinemático a fin de cuentas), sale avante.
Al parecer han quedado atrás los Michael Mayers y los Jasons. Aquí, me gustaría mencionar de paso a El Cazador (Woolf Creek, 2005), film australiano inscrito en la tradición de las "Road Movies" que se acerca a una versión moderna de The Hills Have Eyes (1977), de Craven, cuyo re-make no estuvo tan peor, pero fue sólo éso. No obstante, que, la primera, ha sido calificada de misógina por Roger Ebert, es sumamente rescatable la idea de un psicópata que, trás dejar su profesión de cazador-veterano de guerra, emplea su tiempo en mutilar a sus víctimas -"perdidas en el desierto". Por lo tanto hablamos de un personaje que, sin poderes sobrenaturales, parece imparable.
No sucede así en Vacancy, pues ésta, en verdad, se asemaja más a una pesadilla -"realista"- donde nos están persiguiendo cuchillo en mano, y uno nada más los esquiva e intenta ocultarse de los agresores. No hay ese sigilo de los clásicos "slashers" de Halloween o la brutalidad -en seco- de Leatherface en La Masacre de Texas (1974). Por el contario, el juego del gato y el ratón pretende estar más elaborado, sin dejar de lado la omnipresencia del(os) asesino(s). Aunque por lo poco que he visto en la red, no le han dado mucho crédito al trabajo del director Nimród Antal, ni a los actores, ni al guionista; y, claro, tampoco al film.
¿Será que necesitamos tiempo para empezar a digerir el cine de terror con tintes gore del nuevo milenio? A diferencia del horror que -si no mal recuerdo, apuntaba Norma Lazo en su libro El horror sobrenatural en el cine y la literatura-, proviene de agentes externos (p.e. entes sobrenaturales, hechizos, etc.); en el terror lidiamos con realidades, es decir, puede suceder porque lo infringen los mismos seres humanos -o vivos. Asimismo, Clive Barker ha hecho mención del hecho de que los terrores de la infancia son los mismos en la edad adulta, sólo que ya no tememos al Cóco, sino al asaltante de un oscuro callejón .
En fin, Vacancy no es una gran película que haya venido a sentar las pautas del género, sin embargo, creo que sí refresca un poco la forma en la que puede ser concebida una cinta de su "tipo", lo mismo que El Cazador ("misógina" es un adjetivo muy fuerte). Qué distinto es ver propuestas como éstas -aun con sus altibajos- a los refritos de los éxitos setenteros y ochenteros. Con todo y que, de estos últimos, algunos críticos (¿sexistas o sinceros?) han señalado que las nuevas protagonistas están más buenas (I agree).