A Candy colored clown

In Dreams - Roy OrbisonAcuff Rose and Opryland Music (BMI)Copyright 1963 Monument Record Corp. A candy colored clown they call the sandman/Tiptoes to my room everynight/Just to sprinkle stardust and to whisper/Go to sleep, everything is alright/I close my eyes then I drift away/Into the magic night I softly say/A silent prayer like dreamers do/Then I fall asleep to dream/My dreams of you/ In dreams I walk with you/In dreams I talk with you/In dreams you're mine/All of the time with you/Ever in dreams, in dreams/ But just before the dawn/I awake and find you're gone/I can't help it, I can't help it if I cry/I remember that you said goodbye/It's too bad that all these things/Can only happen in my dreams/Only in dreams/In beautiful dreams.

martes, 31 de julio de 2007

El fantasma de la noche, en perspectiva


Más allá de un homenaje a la original de 1922, obra de F.W. Murnau, Nosferatu: Phantom der Nacht (1979), de Werner Herzog, pretendía tender el puente cultural entre lo que había sido el Expresionismo alemán y los nuevos realizadores -de su tiempo- como él mismo, Fassbinder y Wenders. Es así que en su versión de Drácula -porque aquí sí se llama así, no Orlock- cuenta con la interpretación de Klaus Kinski (mi suegro), monstruo no sólo de la actuación -ustedes comprenden- en el papel del conde transilvano. Bruno Ganz (futuro ángel y Hitler) personifica a Johnatan Harker, mientras que su amada Lucy (ni Mina ni Helen) es encarnada por la pálida belleza de la francesa Isabelle Adjani.
Al parecer, el cineasta establece en tres actos los trayectos de los protagonistas, ya que en primera instancia vemos el viaje del héroe a los Cárpatos, donde atraviesa una serie de dificultades para llegar a su destino, con la idea de que gracias a su venta podrá comprarle una mejor casa a su esposa. Luego, el antagonista, más suerte de antihéroe, no cesa de hacer hincapie en su soledad y en cómo su inmortalidad es una maldición. Finalmente, la heroína, consciente de que el destino de la raza humana -del puerto de Weimar- se encuentra en sus manos (en su ser mujer), decide acabar con la peste. Es así Nosferatu... una película híbrido entre sus fuentes: literaria y cinematográfica, en la cual los personajes tienen un desarrollo más verosímil que en otras versiones (la de Coppola se cuece aparte).
No obstante, los aportes de Herzog merecen tomarse en cuenta pese a su oscuridad -en el amplio sentido del término. ¿Por qué Van Helsing no deja de apuntar que viven en una época de la razón? A diferencia del tradicional que viene siendo un científico-teólogo incansable y no un esceptico. Por otra parte, el Renfield está genial -como buen lunático- cuando le pregunta a su amo ¿qué debe hacer? Y recibe una respuesta tan absurda como alentadora; uno no sabe si es una parodia o algo más banal. Con todo, mi apreciación de la cinta -a 12 años de haberla visto por vez primera- resultó mucho más "cohesionada" o ¿quién sabe? La onda es que, en aquel entonces, ni siquiera sabía quién la dirigia, o tenía referencias de la de Murnau, salvo la imagen clásica del vampiro con incisivos de rata. Además la vi en inglés, siendo que está es -la mera mera- hablada en alemán, es decir había checado Nosferatu: the Vampire.
En fin, ahora pude apreciar más toda esa danza macabra y apocalíptica cuando creen que las ratas son las portadoras de la peste negra. Ya no estuve preocupado por si respetaban la historia de la novela de Stoker, sino en la realización del artista.

"Death is not the worst. There are things more horrible than death".

jueves, 26 de julio de 2007

The Pretenders - Middle of the road



La voz de Chrissie Hynde es, en mi opinión, una de las mejores junto con la de Stevie Nicks de Fleetwood Mac; curiosamente, otra banda anglo-americana. Y este video es de mis favoritos.

martes, 24 de julio de 2007

Simply outstanding II



Olivier era críticado - o alabado- por su sobreactuación, ya que su estilo -decían- se prestaba muy bien para el teatro mas no para el cine. No obstante, su presencia ahí queda. Lo recuerdo en Espartaco (Kubrick, 1960), donde tan sólo le bastaba decir "my young friend" y pararse como patricio romano, para imponer su fuerza histriónica en el relato. Además, ¿acaso Orson Welles, no se actuaba así mismo? O, no vallamos tan lejos: Arturo de Cordova nunca pudo negar sus raíces como locutor -razón por la que se le cuestionó a Buñuel su elección para Él (1953). En su versión de Hamlet, Olivier ocupa el papel principal de quien alguien dijo -no encuentro ni recuerdo quién- era el actor/personaje por excelencia, y lo hace con maestría. El príncipe danés que exclama la clásica frase "To be or not tobe, that is the question", dilema que todo ser humano -que se precie de serlo- ha enfrentado, o bien, lo hará en algún punto. Como un plus, el realizador hace buen manejo del lenguaje cinematogáfico para contarnos la historia y hablarnos de la psicología de sus personajes, tal y como encara "the fair Ophelia" (the beautiful Jean Simmons) su deseo reprimido por el noble -quién por cierto- como dicen por allí "era bien cabrón" (jajaja). Debo confesar que no pude prescindir de los subtítulos en español y, aquí, quien halla leído Shakespeare sabe que las palabras no son siempre lo que significan literalmente, por lo que aun si el dvd trajera close captions, estaría complejo -cabrón- captar su sentido a primera vista. En fin, queda la duda de si al adaptar Shakespera al cine, uno puede hacer a un lado sus elocuentes diálogos en verso. De haber realizado Tarkovski su versión fílmica, ¿habría prescindido de ellos? Me parece que, obviamente, hay mucho de teatral en la cinta de Olivier; pero también, sin necesidad de mucha faramalla, los escenarios del castillo, así como la batalla naval (de maqueta, "of course") están bastante respetables en tanto cinemáticos y no como de las tablas actorales -y qué decir de la secuencia en el cementerio que me permitió saber de dónde sacó Barker -en Candyman- eso de "sweets for the sweet". Otra adición intertextual se hace presente para los fans de las pelis de la Hammer que sabíamos de la aparición de Peter Cushing, aunque (yo) no teníamos idea -de qué manera ibamos a ver al futuro Dr. Frankestein y Prof. VanHelsing-, pues mis respetos. Esta es "The play within the play", en la cual Hamlet sería "the actor in the play, as himself -or as an actor-, within the other play", al menos en el filme.

lunes, 23 de julio de 2007

Sir Lawrence Olivier: "outstanding" I

Muchos teóricos, críticos, cineastas y anexos, han apuntado la diferencia que guarda el cine con respecto a los lenguajes literario y dramático. Sin embargo, siempre ha sido un problema (no siempre en el sentido peyorativo) el delimitar cuando se distancia -o hasta qué punto lo hace- un medio del otro, más allá de lo evidente. Sabemos que la película se desarrolla en tiempo presente, aun si hay flashbacks, lo vemos -en pantalla- en vivo; asimismo, la voice over, puede mostrarnos -en ocasiones- los pensamientos de los personajes; y las historias muchas veces se apoyan en textos literarios. Del teatro, en tanto representación o mímesis (imitación) el cine ha tomado el modelo aristotélico, como eje para narrar los acontecimientos de una historia; igualmente, requiere de actores para dramatizarlos. Ahora bien, si una cosa es la cinta basada en tal o cual obra - y otra muy distinta- el texto en sí. Tenemos entonces que: "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa". En otras palabras, no necesitariamos -e incluso podríamos prescindir- del conocimiento previo de una novela, pieza o libreto teatral, etc., para apreciar un filme adaptado de la misma. Salvo que, para bien y para mal, esto no siempre sucede. De inicio, he de subrayar que no he leído Hamlet, excepto por una versión en cómic cuando era todavía un niño. No obstante, conozco de oídas y leídas ciertos parlamentos o situaciones, ya sea por referencias populares o de literatura especializada. Además ya le he echado un ojo -o hasta más- a libretos de Shakespeare como Julius Ceasar, The Merchant of Venice, King Lear y Romeo and Juliet. Todo el rollote de arriba es mi introducción para comentar sobre la versión cinematográfica de Hamlet (1948) de Sir Lawrence Olivier.

sábado, 14 de julio de 2007

Mexican Psycho


Santa Sangre (1989) de Alejandro Jodorowsky se inscribe, definitivamente, dentro del cine de lo surreal sin concesiones. Por cierto, ¡qué cagado es ver una película mexicana hablada en inglés!, notable la mano del productor Claudio Argento (Dario's brother), pues como en toda buena -y mala- cinta italiana (coproducida) no se grabó el sonido directo, -aunado a que el de la copia que proyectaron era muy chafa- dandóle ese aire de "distancia" al espectador respecto de la historia contada en pantalla. Seguramente sacudió muchas buenas conciencias en su momento, pues a caballo entre el melodrama mexicano y el giallo italiano, la cinta alcanza distintos niveles que, sin duda, lo dejan a uno bien pe(rplejo). Ya no es la psicodelia de El Topo (1968), aunque nuevamente se cuele por ahí el rollo religioso -y de qué manera. A partir del culto a una martir: la pequeña Lirio mutilada y violada, cuyo testimonio yace en una de esas estampas tipo "milagritos", y cuya cabeza del mismo es la sacerdo-trapecista Concha (Blanca Guerra, como siempre, guapísima). No obstante, su hijo Fénix (Axel jodorowsky) es el protagonista de la historia que, en parte, fue inspirada por el caso de Goyo Cárdenas, el asesino serial de los 40. Así es como el realizador nos sumerge en un México de los circos, de la lucha libre, de la vida nocturna, -para acabar pronto- de lo surreal. De inicio, la toma aérea que abre sobre el centro histórico,es impresionante, ya que ni desde la Latino se aprecia el folclor de nuestra ciudad como lo retrató el cinematógrafo Daniele Nannuzzi. Luego, la fijación que debía -no sé si todavía- tener el director por los rucos obesos y castrados (es eso freudiano o jungiano) -who cares?- previo funeral de un elefante, cuyo cortejo funebre llevará sus restos a una barranca donde los hambrientos pepenadores se dan tremendo festín (¿o sería el antiguo tiradero de Santa Fe?)... Niños Down pervertidos por un padrote de quinta conviven con el antihéroe en cuestión, en un mosaico de personajes que bien podría rayar en lo caricaturesco - que a veces sucede-, no obstante; uno se queda de "neto, si así es". Nunca antes había visto un relato gótico, situado en la capital, que no se clavará en copiar las fórmulas europeas, aquí, creo que simplemente el también artífice de La Montaña sagrada (1973) optó por la universalidad; sin perder de vista la cuestión cultural (o sea ¿cómo?)- who knows? (jaja, very funny of me, isn't?)

miércoles, 11 de julio de 2007

ZZ Top: "Legs"

Cronenberg revisited II


"Death to Videodrome! Long live The New flesh!" dice el protagonista Max Renn (James Woods, magnífico) en la cinta de 1983, cuyo planteamiento, a diferencia de Scanners, va más allá de las habilidades extraordinarias de los seres humanos. Aquí, la tecnología es una extensión del cuerpo humano, o mejor dicho: pretente serlo. El video estaba en su apogeo, aquí en México tardaría un poco (umm) más; pero en Cánada y los Estados Unidos era toda una industria en la cúspide, ya le andaba comiendo el mandado al cine -que no a la TV-, sin duda. A través de un canal "pirata", cuya señal proviene de Pittsburgh, el maniaco-sadomasoquista (sobra decir lujurioso) Renn, un productor televisivo de Toronto, tiene el "placer"de disfrutar de un programa snuff (sí, antes que Tesis y 8mm). No obstante, se dice que, al quedar expuestos a la señal de Videodrome, los televidentes experimentarán alucinaciones y, una vez iniciado el proceso, no hay vuelta de hoja. Involucrado con la locutora Nicki Brand (la ex reina del punk/conejita de Playboy, Debbie Harry) descubrirá la "verdad" detrás del fenómeno que también comprende a la familia O'Blivion y su creencia de que: "the television screen is the retina of the mind's eye".

lunes, 9 de julio de 2007

Cronenberg revisited I





El canadiense David Cronenberg es uno de los pocos realizadores que pueden decir que su cine es de auteur, aun si se ha visto en tratos con Hollywood. Y la verdad es que últimamente anda muy, no sé, ¿inflado? o mejor dicho sus cintas como Una Historia Violenta, que por más que le rasquen, sí, está pasable, pero nomás. Tal parece ser que con ver a Vigo Mortenssen en acción, a la fría y bella María Bello, y a un resucitado William Hurt es motivo suficiente para descoserse en adulaciones para una historia sencilla. En fin, de entre el baúl de curiosidades "orgánicas" descubrí Scanners (1980), algo así como la precuela de Videodrome (1983). Y para ser sincero me gustó un chingo, no importa que en su momento Roger Ebert haya dicho que sus personajes carecen de profundidad -porque es cierto- y que la trama era lo más relevante -pues también-, ya que tiene razón; mas no por eso deja de ser una joyita "cronenberiana" con los temas que tan magistralmente explora el maestro del horror. Al igual que en Videodrome, hay una corporación que realiza estudios sobre fenómenos, en este caso telepáticos, y que está interesada en reclutar a los scanners: personas con habilidades que les permitan ingresar en otros sistemas nerviosos o neurológicos (mentes). El principal interesado es un doctor de nombre Ruth que acaba de agregar a sus filas a Cameron Vale, un vagabundo, el cual le ayudará a acabar con la red de renegados comandados por el maléfico Darryl Revok (ay!, qué mamón). Con la ayuda de la atractiva Kim Obrist, también una scanner, ambos buscarán escapar de la red terrorista de Revok y buscar respuestas a lo que les está pasando a sus semejantes.