A Candy colored clown

In Dreams - Roy OrbisonAcuff Rose and Opryland Music (BMI)Copyright 1963 Monument Record Corp. A candy colored clown they call the sandman/Tiptoes to my room everynight/Just to sprinkle stardust and to whisper/Go to sleep, everything is alright/I close my eyes then I drift away/Into the magic night I softly say/A silent prayer like dreamers do/Then I fall asleep to dream/My dreams of you/ In dreams I walk with you/In dreams I talk with you/In dreams you're mine/All of the time with you/Ever in dreams, in dreams/ But just before the dawn/I awake and find you're gone/I can't help it, I can't help it if I cry/I remember that you said goodbye/It's too bad that all these things/Can only happen in my dreams/Only in dreams/In beautiful dreams.

lunes, 23 de julio de 2007

Sir Lawrence Olivier: "outstanding" I

Muchos teóricos, críticos, cineastas y anexos, han apuntado la diferencia que guarda el cine con respecto a los lenguajes literario y dramático. Sin embargo, siempre ha sido un problema (no siempre en el sentido peyorativo) el delimitar cuando se distancia -o hasta qué punto lo hace- un medio del otro, más allá de lo evidente. Sabemos que la película se desarrolla en tiempo presente, aun si hay flashbacks, lo vemos -en pantalla- en vivo; asimismo, la voice over, puede mostrarnos -en ocasiones- los pensamientos de los personajes; y las historias muchas veces se apoyan en textos literarios. Del teatro, en tanto representación o mímesis (imitación) el cine ha tomado el modelo aristotélico, como eje para narrar los acontecimientos de una historia; igualmente, requiere de actores para dramatizarlos. Ahora bien, si una cosa es la cinta basada en tal o cual obra - y otra muy distinta- el texto en sí. Tenemos entonces que: "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa". En otras palabras, no necesitariamos -e incluso podríamos prescindir- del conocimiento previo de una novela, pieza o libreto teatral, etc., para apreciar un filme adaptado de la misma. Salvo que, para bien y para mal, esto no siempre sucede. De inicio, he de subrayar que no he leído Hamlet, excepto por una versión en cómic cuando era todavía un niño. No obstante, conozco de oídas y leídas ciertos parlamentos o situaciones, ya sea por referencias populares o de literatura especializada. Además ya le he echado un ojo -o hasta más- a libretos de Shakespeare como Julius Ceasar, The Merchant of Venice, King Lear y Romeo and Juliet. Todo el rollote de arriba es mi introducción para comentar sobre la versión cinematográfica de Hamlet (1948) de Sir Lawrence Olivier.