A Candy colored clown

In Dreams - Roy OrbisonAcuff Rose and Opryland Music (BMI)Copyright 1963 Monument Record Corp. A candy colored clown they call the sandman/Tiptoes to my room everynight/Just to sprinkle stardust and to whisper/Go to sleep, everything is alright/I close my eyes then I drift away/Into the magic night I softly say/A silent prayer like dreamers do/Then I fall asleep to dream/My dreams of you/ In dreams I walk with you/In dreams I talk with you/In dreams you're mine/All of the time with you/Ever in dreams, in dreams/ But just before the dawn/I awake and find you're gone/I can't help it, I can't help it if I cry/I remember that you said goodbye/It's too bad that all these things/Can only happen in my dreams/Only in dreams/In beautiful dreams.

martes, 9 de octubre de 2007

Algo nuevo





El tercer largometraje de Carlos Reygadas, el llamado enfant terrible del cine mexicano, presenta un contexto inusitado dentro de la cinematografía nacional -y tal vez hasta internacional-, en el género de la ficción. Desde el título mismo, que es originalmente Stellet licht (2007), traducido al español como Luz silenciosa, uno se extraña y predispone a que el filme trata de algo diferente de lo "normal".


Es así, que en está ocasión estamos lejos de ver el campo hidalguense de Japón (2002) o la caótica urbe de la ciudad de México, como en Batalla en el Cielo (2005) y, en su lugar, tenemos como escenario una comunidad menonita de Chihuahua. Aquí es donde un padre de familia lídia con un conflicto amoroso -y todo lo que ello implica-, pues la mujer en cuestión no es su esposa. Johan, el protagonista, se debate en una lucha que contradice sus creencias tanto morales como religiosas; mientras vemos cómo se desarrolla su vida diaria al interior de su propia casa, y con demás familiares y amigos.


Además, ahora no hay "cochinadas" por parte del cineasta -sexo con una anciana o entre dos personas obesas, felaciones gratuitas o chaquetas mentales-, sino que realmente existe una historia de amor (por mamón que suene). No es que crea que lo que hizo antes estuviera mal, salvo que, a veces, sí se excede en confrontar a la audiencia y, al parecer, olvida que no puedes saturar una cinta, como lo hizo en Batalla..., con reiteradas connotaciones a las diferencias de clase; o en Japón, con sus largos shots en travelling, como si fuera el sucesor "natural" del desaparecido maestro Andrei Tarkowski. En lo personal no vivo asqueado por la -patética- escena de coito con la señora del primer filme ni con los gordos haciendo lo suyo, en el segundo; aunque tal vez sí estoy desconcertado por otras cosas. Por lo que, de haber incluido alguna secuencia pretenciosa -sin justificación (sea lo que esto signifique)- en Luz silenciosa, habría caído de mi gracia.
"Esto que te está sucediendo es obra del maligno", dice el padre de Johan -quien además es un predicador-, a lo que su hijo responde: "creo que más bien es obra de Dios"; eso si no me falló mi paráfrasis. Ante la duda de haber encontrado en Marianne a su "mujer natural" como la llama Zacarías, un amigo del protagonista; el último continúa con su vida al lado de Esther, su esposa, y sin embargo no puede desprenderse de su "verdadero" amor.


En fin, en un tono antropológico, lejos de los documentales (díganse del Discovery o History Channel, y anexos), la deslumbrante propuesta visual de Reygadas mueve y conmueve (¡qué pedo!); mientras que su economía y austeridad de recursos histriónicos -los actores son gente del lugar- y narrativos, no resultan, en ningún momento, un impedimento para empatizar con el héroe y su disyuntiva. Asimismo, el hecho de que uno tenga formada una imagen de la vida de los menonitas, y piense que viven tan aislados del mundo y sólo producen quesos, se ve rebasado por las acciones -reitero- cotidianas, que vemos en pantalla.
Una vez más, el director ha roto con nuestros esquemas y, de paso, a algunos nos ha distanciado de los mitos; por lo que estamos, sin duda, ante algo nuevo en las salas de cine ¿mexicano, menonita o mundial?