A Candy colored clown

In Dreams - Roy OrbisonAcuff Rose and Opryland Music (BMI)Copyright 1963 Monument Record Corp. A candy colored clown they call the sandman/Tiptoes to my room everynight/Just to sprinkle stardust and to whisper/Go to sleep, everything is alright/I close my eyes then I drift away/Into the magic night I softly say/A silent prayer like dreamers do/Then I fall asleep to dream/My dreams of you/ In dreams I walk with you/In dreams I talk with you/In dreams you're mine/All of the time with you/Ever in dreams, in dreams/ But just before the dawn/I awake and find you're gone/I can't help it, I can't help it if I cry/I remember that you said goodbye/It's too bad that all these things/Can only happen in my dreams/Only in dreams/In beautiful dreams.

miércoles, 30 de enero de 2008

Lo de hoy

Ha sido ampliamente discutido que el cine y la literatura de horror/terror son una suerte de vehículos para abordar temas sociales, espirituales, existenciales, etc. De modo que, a pesar de los detractores del género en cuestión, siempre habrán (gracias a Dios) escritores y cineastas que busquen audiencias que demanden algo más que el simple entretenimiento en sí. Por lo tanto, la presente temporada resulta más que propicia para explorar dos filmes de la oferta cinematográfica y su propuesta en materia de horror/terror.

Ahí está La posesión (Requiem, 2006), cinta alemana que ficcionaliza un suceso real, el de una joven alemana que decía estar poseida por demonios, allá en los setenta. Contemporánea de dicho film, y de factura hollywodense, El exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson, 2005), con una propuesta bastante inteligente, vino a cuestionarnos como hombres y mujeres "(pos)modernos". Dado que plantea un debate en torno a las doctrinas teológica y científica, es decir, el exorcismo ayudó a la chica en su ascención al Cielo o simplemente, su ignoracia -y la de los que la rodeaban- la mató; mientras que, por otra parte, se nos pregunta si la psiquiatría era su verdadera salvación o sólo un martirio para alargar su pena. En suma: existen los demonios o son una vuelta al más puro primitivismo.

En Requiem, el director, Hans-Christian Schmidt, opta por tomar distancia del hecho sobrenatural e incluso del médico y, en cambio, decide explorar el aspecto humano en la protagonista, es decir a su persona(je), a quien vemos de fuera, sin un sólo monólogo interior que nos lleve a asentir si está poseída o no. Así que observamos a la cándida Micaela desde que deja a su castrosa madre en casa, gracias al apoyo de su padre, pasando por las relaciones que entabla con su amiga y novio en la universidad, respectivamente. Tales referencias deberían de alejar de las salas al público que espera ver El exorcista 30 años después, o bien hacerse de nuevos adeptos al terror psicológico en atmosferas que van de lo gótico -que a los teutones se les da bastante bien- a la tragedia moderna. Lo anterior, en un tour de force que va marcando a las sociedades de la provincia y la ciudad; lo privado y lo público; la religión y su praxis, etc., y el shock que esto puede producir en los seres humanos. Lamentablemente, me he dado cuenta que la mayoría de los espectadores que se acercan al filme pertenecen al primer grupo; además en el tianguis de por acá (Av. Sta. Ursula) vi que la vendían como una más de terror, así que lo peor serán esos comentarios del tipo "¿y luego?", siendo que ese no es el punto (si es que existe uno solo).

Por otra parte, se está anunciando en los canales de Televisa, "El orfanato, una película de Guillermo Del Toro"; que de hecho está producida por él, pero no es ni guión ni realización suya, pese a que tiene todo su toque (pus quién pone el varo, ¿verdad?). Aquí sí hay fantasmas, salvo que también habitan en la mente de la heroína, que intenta salvar a su hijo adoptado e infectado de VIH, para lo que lleva a cabo una suerte de ritual -metafóricamente hablando- de vuelta a la infancia. Laura adquiere la antigua casona, que fue el orfanato donde ella vivió su infancia y ahora intenta crear un pequeño centro de ayuda para "niños con problemas".
Tomando mis "precauciones" asistí a la función de las 12 del día, y ni así faltaron los niños que entraron acompañados de un adulto -esperando gritar y asustar a us amiguit@s-, cuando no es una cinta para niños, más allá de lo violento de algunas secuencias, los temas planteados por el realizador, Juan Antonio Bayona, resultan complejos para digerirse - y hace falta una buena memoria audiovisual-. Apoyado en el inteligente guión de Sergio G. Sánchez, las vueltas de tuerca sorprenden a un nivel que va más allá del epílogo convencional. Sin embargo, la audiencia espera otra cosa (no sabe qué o, mejor dicho, por qué, sólo que le late o no), lo entiendo de los churros como Hasta el viento tiene miedo, 2007; pero hay que ver que no todo tiene que desarrollarse y culminar en mero entretenimiento light.
Además de los filmes en cuestión, creo, lo más rescatable es que uno puede darse cuenta que no todo el cine de horror/terror, con toques de misterio y otros géneros, es para el mismo público. Por eso deberíamos de olvidarnos de esas clasificaciones absurdas que degradan al género/subgénero u lo que sea, en vez de ir al cine como si consumieramos medicamentos genéricos intercambiables, pues no siempre hallaremos lo mismo en el botiquín.

jueves, 24 de enero de 2008

Red Hot Chilli Peppers - Higher Ground

Soy setentero, por meses, ochentero, por formación e infancia, y noventero, por adolescencia. La verdad es que del 96 a la fecha he adquirido poca música actual. La piratería no estaba tan al alcance -y qué decir de las descargas de Internet-, así que cuando había varo, me parecía mejor invertirla en un clásico.

Éste es el primer video publicado aquí, que ya le pega al 90. No obstante, la rola es un cover de aquella interpretada por Stevie Wonder (creo que en los 70s).

sábado, 19 de enero de 2008

Señoras y señores, queda con ustedes: El 'Western'


Me había quedado la espinita de no haber podido escribir sobre El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (The Assasination of Jesse James by the Coward Robert Ford, 2007), de Andrew Dominik. Entre otras cuestiones quería llegar a mencionar a la también esperada -que de hecho ya había pasado por la cartelera comercial mexicana, sin pena ni gloria, y sin que yo la viera- Misión peligrosa (3:10 to Yuma), de James Mangold, remake de una cinta clásica de los años cincuenta, basada en un cuento de Elmore Leonard, autor de la novela Rum Punch (llevada a la pantalla grande por Tarantino, en 1997, como Jackie Brown, la estafa ). Si en la cinta de Dominik nos quedó claro que todavía hay western después de Los imperdonables (1992), de Eastwood; con el filme de Mangold, comprobamos que las buenas historias siguen siendo rentables, siempre y cuando estén bien dirigidas, actuadas, cinefotografíadas, etc, etc.




En El asesinato..., adaptada de la novela homónima de Ron Hansen, observamos una deconstrucción del mito a través de la caracterización de un bandolero convertido por los novelistas populares en héroe: Jesse James, quien tiene que lidiar no sólo con su nombre sino también con el hecho de enfrentar la decadencia de su pandilla -y de sí mismo-, situación altamente propicia para la traición y, claro, el despertar del miedo. Un hombre, en apariencia común y corriente, Robert Ford, sobrevive a la leyenda; pero lo hace a un precio muy muy alto. Ford pasó a la historia como el cobarde que acabó con la romántica figura de un hombre, cuyo nombre no puede disociarse del mito del forajido y, por supuesto, de la historia del Medio Oeste americano -sino es que de todo el país.




De modo que la mayor parte del tiempo, la película es apreciada desde la perpectiva del joven Ford, de quien no se sabe en qué momento la idolatría por Jesse no es más que un disfraz de una persona por demás inteligente en relación al "bandolero promedio" (sea lo que eso signifique). Por lo tanto, es como si el cobarde, siendo el más cuerdo de todos, develara a James el personaje para mostrárnoslo como un hombre de carne y hueso, que, a fin de cuentas, solía ser un tipo ruín, en ocasiones (vivir en las condiciones de la pos- Guerra Civil debe haber sido muy cabrón y ser el líder de una banda, peor), y un cariñoso esposo y padre, en otras.



Por otra parte, en Misión Peligrosa (mas no imposible), el ranchero, lisiado durante la Guerra Civil, Dan Evans, se ofrece a viajar con la comisión que traslada al bandolero Ben Wade al tren que pasa alrededor de las 3:10 por el pueblo de Contention, con destino a la prisión de Yuma. Evans ha enfrentado su díficil condición social defendiendo sus tierras del terrateniente, buitre capitalista -mal pedo- de la región; además de que tiene que lidiar con un hijo adolescente -rebelde admirador de Wade- y una esposa condescendiente ("salió verso sin esfuerzo"). Wade, mientras tanto, es un paria que, no obstante, muestra lealtad y ciertos valores que nos llevan a empatizar con él.


Como resultado, la acción es trepidante, sin caer en las secuencias tipo Piratas del Caribe (más para la familia), y vaya que si luce el paisaje. Definitivamente el Western, que nació siendo cinematográfico, así permanecerá. Asimismo, me atrevería a decir que es el género donde corre más testosterona, pues las mujeres siguen interpretando papeles secundarios, muy buenos por cierto. Lo anterior, aunado a la infaltable presencia de asesinos desalmados y cazadores de recompensas, viene a inyectar vigor a este tipo de filmes tal y como lo hizo la australiana-británica Propuesta de muerte (The Proposition, 2005), escrita por el músico Nick Cave y protagonizada, como dicen por ahí, "por puro cabrón": Ray Winstone, Guy Pearce, John Hurt y Danny Huston.



Qué bueno que programaron ambas cintas en la Cineteca. Así pude ver Misión..., como se debe, on the silver screen.