A Candy colored clown

In Dreams - Roy OrbisonAcuff Rose and Opryland Music (BMI)Copyright 1963 Monument Record Corp. A candy colored clown they call the sandman/Tiptoes to my room everynight/Just to sprinkle stardust and to whisper/Go to sleep, everything is alright/I close my eyes then I drift away/Into the magic night I softly say/A silent prayer like dreamers do/Then I fall asleep to dream/My dreams of you/ In dreams I walk with you/In dreams I talk with you/In dreams you're mine/All of the time with you/Ever in dreams, in dreams/ But just before the dawn/I awake and find you're gone/I can't help it, I can't help it if I cry/I remember that you said goodbye/It's too bad that all these things/Can only happen in my dreams/Only in dreams/In beautiful dreams.

viernes, 22 de febrero de 2008

Habrá sangre I

Me declaro culpable tanto de ser fan de los filmes de P.T.Anderson, como de no haber visto su ópera prima a consecuencia del título maniqueo con el que se anunciaba en el canal Multicinema: Juego, prostitución y muerte (Sydney, 1996) . Y, aun así, me ha maravillado desde Boggie Nights (1997) aquí bautizada como Juegos de placer, pasando por la magnífica Magnolia (1999) y culminando con la excelente Embriagado de amor (Punch-Drunk Love, 2002).


Anderson es poseedor de un estilo megalómano que recuerda a Stone, Scorsese y Coppola, al tiempo que lo acerca al del fallecido Robert Altman -de hecho figuró como el elegido en caso de que éste no terminara la filmación de Noches mágicas de radio (A Prairie Home Companion, 2006)-, entre otras cuestiones por su capacidad para manejar una variedad de personajes y entretejer sus historias en una sola, sin la necesidad de utilizar un choque o un accidente similar (tipo el binomio Arriaga-Iñárritu).


Transitando a medio camino entre la independencia creativa y haciendo uso -muy bueno- de los presupuestos de la Meca del Cine, el realizador demuestra en Petróleo sangriento (There Will Be Blood, 2007) que no lo amedrenta el cargar sobre sus hombros una épica o alegoría, la cual puede ser vista desde ambas perspectivas o, bien, desde ninguna, y seguir funcionando como una muy buena pieza cinemática. Ya desde el trailer mismo, uno puede inferir que está frente a una historia que promete, además de que no revela mucho de la trama. ¿O sí? Lo anterior tomando en cuenta que, en parte por el desfase entre el estreno en E.U. y el de México, algunas publicaciones ya han elaborado sinopsis y expresado críticas -por demás favorables- acerca de la propuesta fílmica.

Así, la creación, del ahora experimentado cineasta, ha sido interpretada como una alegoría de cómo se formó la nación más poderosa del mundo, narrada a lo largo de dos horas y media. Lo que en buena medida es cierto. Sin embargo, con ello estaríamos limitando la esfera de acción humana que recae en personaje principal, Daniel Plainview (apellido que guarda gran significado con lo que vemos en pantalla), magistralmente interpretado por Daniel Day-Lewis. Luego entonces, más allá de contar la historia de una país, valiéndose de una épica, lo que encontramos es una película sobre un hombre solo, la cual apreciamos desde una perspectiva que, aparentemente, carece de mediaciones artificiosas, o, mejor dicho, artificiales.